Ramón Casas
Nació y se formó artísticamente en
Barcelona con Joan Vicens y se perfeccionó en París donde residió de
1890 a 1894 con Rusiñol y Utrillo entre otros. En sus primeras obras
plasmó interiores y exteriores parisinos empleando la manera impresionista.
A su regreso a
Barcelona siguió cultivando esta tendencia inicial de su pintura, sobre
todo en sus cuadros de interiores con figuras femeninas, pero también se interesó por la pintura histórica, en particular por la
plasmación de acontecimientos contemporáneos; las procesiones y los bailes populares se contaron entre sus temas preferidos.
Para
dinamizar el ambiente artístico de la Barcelona de la época, en 1897
Rusiñol, Romeu, Utrillo y él abrieron la cervecería Els Quatre Gats,
donde se celebraron famosas tertulias y fundaron una revista del mismo
nombre, que más tarde se publicó con el título de Pel i Ploma.
Así entró en contacto con
muchas de las personalidades de la sociedad barcelonesa a las que
retrató en sus incisivos dibujos al carbón (más de doscientos), que lo
acreditan como un gran dibujante.
No menos interesante es su actividad como diseñador de
carteles (Anís del Mono, Cigarrillos París). Ramón Casas fue una de las grandes figuras
del modernismo pictórico.
Ignacio pinazo
Ignacio Pinazo recoge muchas de las penalidades de un
muchacho atraído por la pintura que vive en el seno de una familia
humilde. Nació en Valencia en 1849 y tuvo que ganarse la vida desde muy
joven haciendo de platero, decorador de azulejos, sombrerero o pintor
de abanicos. Inicia su aprendizaje artístico en serio a los 21 años
obteniendo su primer éxito tres años más tarde en Barcelona. En 1874
obtiene una pensión para trasladarse a Roma a cargo de la Diputación
valenciana. Al regresar a su ciudad natal abandona la temática
histórica imperante en la época para dedicarse a realizar escenas
familiares, figuras desnudas o recoger momentos
de la vida popular; con una pincelada suelta y alegre, y empleando tonos oscuros con referentes como Ribalta y Ribera . Sus obras le situaron entre los mejores artistas de finales del siglo XIX. Falleció en Godella en 1916.
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Mascletá |
Joaquín Sorolla
Joaquín Sorolla y Bástida nace en Valencia en 1863 en el seno de una familia
modesta. A los dos años queda huérfano y es recogido por sus tíos
maternos. Los estudios no le llaman la atención y el director de la escuela
aconseja que el pequeño sea matriculado en la Escuela de
Artesanos donde asiste a las clases nocturnas de dibujo del escultor
Cayetano Capuz. En los años siguientes trabajará como cerrajero y
coloreando fotografías mientras asiste a las clases en la Escuela de
Bellas Artes de San Carlos. Una visita en 1881 al Museo del Prado provoca su admiración por Velázquez, Ribera y el Greco.
Su carrera artística empieza a cosechar premios y medallas obteniendo
una pensión para estudiar en Roma y París. Contrae matrimonio con
Clotilde García del Castillo en 1888 con quien tendrá tres hijos. Los
premios son cada vez más importantes, obteniendo una Medalla de Primera
Clase en 1895. Poco a poco alcanza su madurez artística realizando en Madrid un
importante número de retratos con los que obtiene gran reconocimiento. Su fama internacional llegará con las exposiciones de París
(1906) y Nueva York (1909), en las que alcanza un importante éxito de
ventas y de crítica. Su estilo luminista es muy admirado. La luz
valenciana, las gentes del pueblo y sus actividades protagonizarán sus
cuadros, en los que la luz y el color - aplicado con largas pinceladas -
serán los elementos principales.
Su obra más importante la realiza para la Hispanic Society de Nueva
York donde decora las paredes con paneles de temática regional
española. Al finalizarla
sufrió un ataque de hemiplejía en su casa de Madrid
falleciendo tres años después en la sierra
de Guadarrama.
Francisco Domingo Marqués
Francisco Domingo Marqués inició su formación artística en la Escuela de
Bellas Artes de San Carlos en su Valencia natal, teniendo como maestro
a Rafael Montesinos, gran admirador de Ribera
cuya pintura copiará continuamente. En 1864 se traslada a
Madrid para continuar su formación en la Real Academia de San Fernando
obteniendo en 1868 la ansiada pensión para trasladarse a Roma. El envío
de obras a las Exposiciones Nacionales le permitirá cosechar
importantes éxitos siendo sus trabajos herederos de la tradición barroca. De regreso a España divide su tiempo entre Madrid y Valencia, trasladándose en 1875 a París trabajando en pequeñas obras de estilo minucioso y colorista, con cierta influencia del impresionismo francés. En su etapa madura llegará a deshacer la materia pictórica para interesarse especialmente por el color.
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