sábado, 13 de abril de 2013

¿Qué he estado haciendo últimamente?

Historia de mi primera xilografía!

 
Reflexión:

Parece mentira pero esto cuesta mucho de hacer, ahora admiro profundamente los sistemas de reproducción que existían antes de la imprenta. En realidad cuando vamos a fotocopiar algo no es más que un grabado con una tecnología avanzadísima, pues la idea es la misma: estampar tinta sobre un papel para una mayor difusión. Pero el ahorro de tiempo es inimaginable: cuantas copias de libros antiguos se hacían a mano (¡grabando en la madera cada letra!) para obtener apenas cuántos ¿10, 20, copias?  Así el conocimiento también era limitadísimo, y por eso la importancia de viajar y conocer otras formas de aprender. Ahora eso no pasa: en casi todos lados se conocen casi todas las cosas. No hace falta viajar a otro país para consultar un catálogo pues lo puedes consultar en internet. El conocimiento se ha universalizado, y eso está genial.

Pero la contrapartida es que teniéndolo todo (o pudiendo acceder a todo) no se valora nada, porque no se conoce el esfuerzo que existe tras ello. Somos consumidores de imágenes y no sabemos ni de dónde vienen, ni quién las ha hecho ni cuánto ha costado hacerlas. Ahora desde este lado del escenario, comienzo a entender que un cuadro no se pinta en 10 minutos, o que una escultura merece algo más que un vistazo cuando uno se cruza con ella, porque este mundo nos obliga a avanzar, a ir rápido, sin paranos a observar nada de lo que nos interesa. Deberíamos trabajar más nuestra capacidad para valorar lo que nos rodea.

Para que entendáis estas reflexiones os pongo el proceso completo para hacer esta xilografía:

De un dibujo que hice en la feria de arte de Madrid entre cansada, inspirada y aburrida: siempre en mente las cuadrículas cubistas dibujé un conjunto que llevaba días en mi cabeza. También buscaba cierto contraste que últimamente se me escapa.


 

Lo segundo que hice fue dividirlo en zonas  para ver cómo podría quedar y después, idear cómo podría hacer el grabado con varios colores y una misma plancha de madera para ahorrar; lo que se llama "a taco perdido", es decir, que la matriz se pierde.

                        Primera estampación (fondo verde):

 

                       Segunda estampación en azul (aunque con la sorpresa de descubrir que los colores se transparentan, dándome un verde botella para las medias sombras):


   

                         Tercera estampación (se levantan los azules y se estampa finalmente el Negro):

 


En total suman unas 40 horas de trabajo; además de la tensión de que cada estampación encaje con la anterior, proceso de paciencia y muchas tilas.
Por cierto, el original gana mucho más al natural de lo que aquí puede apreciarse!

Después para entretenerme, he hecho varias pruebas de color en photoshop: 

 
 


 Quienes me conozcan saben que me he aventurado con el mismo tema en escultura... chan chan!




2 comentarios:

  1. Me encanta cómo te ha quedado y cómo describes el proceso. Un abrazo

    Juanjo Torrens

    ResponderEliminar