lunes, 18 de noviembre de 2013

Impresionantes ¿paisajes?

Martínez Novillo
Más sublimes, solitarios y melancólicos no pueden ser;
pero en eso mismo reside Toda su belleza y profundidad.
Me recuerdan a la ambigüedad de los comienzos de la abstracción en las que la figura era una excusa para recrearse en la amplitud de las superficies pictóricas y su majestuosa combinación.
El monje a la orilla del mar, Caspar David Friedrich.
Perro semihundido, Goya.




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